También cojos
Una cantante de boleros desaparecida, una biblioteca con libros raros y curiosos (a la par que antiguos) que está siendo vendida para subsanar la carestía económica del momento, un asesinato y un ex-policía bibliófilo metido a comerciante de libros forman el argumento de este libro. Una buena recomendación del dueño de una pequeña librería que tengo la suerte de tener cerca.
"También cojos" titulaba este post, vereis, si bien en el libro se hacen muchas menciones a libros y bibliotecas he decidido escoger un par de fragmentos en los que aparece un bibliotecario, que efectivamente es cojo, y no solo eso, si no que posee solo una pierna; en el libro se dice que el personaje ejerce su profesión con multas, lo cual me dejó algo trastocada... un bibliotecario colocando libros con muletas, ardua labor, en efecto.
Para más información sobre el libro:
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[...]"y Cristóbal, el viejo bibliotecario al que le faltaba una pierna, lo instó a leer La Eneida, primero, y otras sagas de los héroes aqueos, después.
La relación con Cristóbal el Cojo, como lo llamaban todos en el pre, fue uno de los encuentros decisivos en la vida de mario Conde, quien no sólo se hizo lector voraz y obediente, de los capaces de terminar cualquier libro iniciado - pudo vencer Los Miserables y hasta La montaña mágica- , sino que empezó a amar los libros y las bibliotecas del mismo modo en que los creyentes adoran sus templos: como sitios sagrados, donde no está admitida la profanación, a riesgo de la perdición eterna.
además de suministrarle libros y orientarle lecturas, Cristóbla fue el primero en descubrir que el muchacho tenía una sensibiblidad latente y lo conminó a probar suerte con la escritura [...]"
"[...]Cristóbal empezó a hablarle del futuro incierto de aquella biblioteca. la fecha de su jubilación ya había sido superada con creces y, en algún momento, cada vez más cercano, tendría que irse con sus muletas y su amor a los libros a otra parte, quizás a la tumba. La gran preocupación del anciano era el destino que seguirína unos libros que él había conservado y defendio por casi treinta años, unos libros que, estaba seguro, nadie cuidaría y querría como él.
-Cada uno de los libros que están allá atrás -señaló el almacén del fondo- tiene su alma, tiene su vida, tiene parte del alma y la vida de los muchachos que, como tú, han pasado por esta biblioteca y los han leído en estos treinta años... A cada uno yo lo clasifiqué, lo colqué en su sitio, lo limpié, lo recocí y lo pequé cuando lo necesitó... condecito, yo he visto muchas locuras ne mis años. ¿qué va a pasar con ellos? [...]"
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PADUA, Leonardo. - La Neblina del ayer. [p.165], [p. 167]. Barcelona: Tusquets, 2005